La fisioterapia geriátrica nos va a permitir retrasar, mantener o mejorar la autonomía y la capacidad de realizar actividades que se van perdiendo con la edad.
Uno de los riesgos principales que comprometen la autonomía del paciente anciano son las caídas, las cuales aparecen asociadas al deterioro de las funciones motoras, a la inmovilidad, a los problemas de equilibrio y a la atrofia o pérdida de masa muscular. Es uno de los principales factores que intervienen en la dependencia del paciente.
La evaluación inicial del paciente nos permita determinar sus necesidades y en base a ellas, planificar el tratamiento que mejor se adapte a ellas (terapia manual, fisioterapia cardio-respiratoria, fisioterapia neurológica, ejercicio terapéutico, etc.), para
minimizar el dolor, mejorar la movilidad y reducir la debilidad muscular.
Envejecimiento:
Enfermedades reumatológicas:
Enfermedades cardio respiratorias:
(EPOC, enfisema, bronquitis, fibrosis quística, asma, neumonía, insuficiencia respiratoria)
Dolencias ligadas a la osteoporosis:
Enfermedades neurodegenerativas:
Accidente cerebrovascular - patología neurológica: